El fin de la vida cristiana es vivir intensamente el misterio Pascual,
ministerio que celebramos en el acto central de nuestra liturgia, la
Santa Misa. La cuaresma no es un tiempo sombrío y triste propia de una
espiritualidad evasiva. La Cuaresma es la oportunidad de mirar a
nuestras vidas, encontrar las zonas desérticas y crecer en la esperanzas
de que el desierto puede florecer.
La Cuaresma es tu tiempo con
Dios. Tiempo para desnudarte de tus afanes, de revisar tu vida, de
adquirir el equilibrio cristiano, de rehabilitarte con fuerza y el
optimismo de Dios. Es el camino a la Pascua de liberación con Cristo. La
Cuaresma es tu tiempo con tu Dios. Aprovecha en estos momentos en que
el fuerte llama a la guerra, tu rezar por la paz.
La cuaresma es tu tiempo para conocer el proyecto de Dios Padre quien en
Cristo "trasforma nuestra condición humilde según el modelo de su
condición divina" por eso la cuaresma es tiempo de gracia para hacer un
alta en el camino y preguntarse a donde voy y con quien camino.
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